¿Cómo ayudará a la CDMX el Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva?

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22 Enero 2021 Veronica Cervantes / Grupo Expansion

Este organismo tiene la tarea de crear un plan general de desarrollo, con visión a 20 años, para la capital del país.

En la Constitución de la Ciudad de México se determinó la creación del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva (IPDP), el cual tiene un reto enorme para poder coordinar el desarrollo de la metrópolis.

El Arquitecto Luis Enrique López Cardiel, director del Centro de Investigación y Desarrollo de Futuros A. C (CEIDFU), expone que el IPDP “es un instituto muy moderno con una visión institucional de primera línea; es una cosa que nunca se había hecho y es una especie de sueño de todos los que nos dedicamos a hacer prospectiva”.

En entrevista, afirmó que esta institución nace del mandato que establece la Constitución Política de la Ciudad de México —que es la más reciente en el ámbito de las jurisdicciones territoriales en México — y desde el punto de vista de estructura y de integración a todo el aparato institucional, genera un parteaguas en desarrollo de prospectiva hacia el futuro.

De hecho, indica que la principal fortaleza de este instituto lo incluye en su nombre, por lo que, al ser de prospectiva, sale sobrando el concepto de planeación. Asimismo, apuntó que se podría agregar el término de sostenible, es decir, un Instituto de Prospectiva de Desarrollo Sostenible, sería el mejor nombre para dicho organismo.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que cada gobierno local debe hacer una planeación, y en el caso de la Ciudad de México se crea el IPDP también bajo el paraguas del Sistema Nacional de Planeación.

“El alcance de este instituto, en términos de lo que establece la Constitución, se orienta específicamente a generar cohesión social, que es una parte muy compleja de entenderlo, pero así está en términos específicos, y también tiene como alcance el mejorar la calidad de vida y generar una transformación económica. Son tres elementos que yo diría que son los más importantes, como mandato que establece la Constitución”, apuntó.

Es un instituto de avanzada, al compararlo con los de otras entidades de la República. Regularmente cada administración realiza un plan general de desarrollo, pero el IPDP tiene la encomienda de crear un plan con una visión de cuando menos 20 años.

“Este instituto va a tener como uno de sus alcances, y tal vez el principal, el desarrollar un plan general de desarrollo con una visión al año 2040 y eso establece una serie de elementos que son paradigmáticos”, señaló Enrique López Cardiel.

En la Ciudad de México existe la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), sin embargo, Enrique Cardiel aclaró que a ésta le corresponden los temas de desarrollo territorial, de planeación urbana, de los planes de uso de suelo y de desarrollo de equipamiento, mientras que el instituto concentra y coordina la visión de todas las secretarías de la Ciudad de México y va a absorber una carga de la responsabilidad de la Seduvi, así como de las demás Secretarías capitalinas e incluso, de las alcaldías.

“La Seduvi hace nada más su trabajo de prospectiva en términos de planeación territorial en su campo en específico, pero uno muy importante que ahorita viene siendo como un tipo de parteaguas es el cumplimiento y la orientación de garantizar los derechos humanos, este nuevo instituto trabajaría en corresponsabilidad con la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Ahí también llega el Instituto, absorbe muchísimos elementos, es una especie de mega o súper secretaría, sin ser secretaría”, señaló el arquitecto.

Es aquí donde es preciso considerar cuál es la misión y la visión del instituto, hacia dónde se orienta.

“Si usted logra llegar a una base de criterio de qué hacer con el territorio, después hay que empezar a trabajar con el medio ambiente, es decir, tanto con el aire, con el agua y luego trabajar el territorio con el medio ambiente con la parte de los energéticos. Ahí tenemos una primera tríada, que yo lo acomodaría a un pequeño conjunto en donde eso tiene que responder a la calidad de vida de las personas y obviamente al nivel social al que queremos llegar”, aseveró López Cardiel.

Otra tríada se formaría con la parte financiera, la comercial y la parte de desarrollo económico, comentó.

En este sentido, añadió que habrá que tomar en cuenta la visión de la calidad de vida a la que aspiramos: si queremos seguir manteniendo el mismo tamaño de pobreza, eliminar por completo la pobreza, mantener el nivel de riqueza de los ricos actuales o si queremos que el territorio, en términos geográficos, sea tan dispar como lo que tenemos, por ejemplo, al comparar la zona de Polanco con Iztapalapa.

Asimismo, considera que se deben plantear las metas de corto, mediano y largo plazo para ir escalando poco a poco y llegar a la visión del 2040, pero dentro de dos, cuatro, seis o 10 años posiblemente se tenga que revisar el trabajo que haga el Instituto y replantear qué se quiere para el 2050. Entonces, el término de prospectiva tiene qué ver con un horizonte escalable, de futuro, que debe de estar en permanente cuestionamiento, en constante cambio.

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Un elemento para mejorar el desarrollo de la ciudad

Al cuestionarle si mediante el Instituto se harían más ágiles los procesos de obtención de permisos y trámites para el desarrollo inmobiliario, Enrique López Cardiel consideró que esta no sería su función. Sin embargo, al estar por arriba de la Seduvi, el Instituto establecería la prospectiva sobre el uso de suelo.

“Si pensamos que este instituto puede hacer el trabajo de jerarquizar en una visión mucho más amplia el uso y usufructo del territorio, pues obviamente le podría dar mucha más certeza de viabilidad al desarrollo de la ciudad”, aseguró Enrique López Cardiel.

De esta manera, el instituto debe hacer un trabajo muy importante para establecer una visión de futuro de la ciudad, porque si no la hay, seguiremos haciendo lo mismo que ahora: una riña por el territorio entre los desarrolladores, las inmobiliarias, los dueños que potencialmente han recolectado bienes raíces y hacen un usufructo, casi de rapiña, hacia su explotación, desde el punto de vista económico, explica el arquitecto.

Para esto se deben aprovechar otros territorios como Iztapalapa o Xochimilco, “yo diría que sí debemos de tener un mega acuerdo público, desde el punto de vista que tradicionalmente le llamarían democrático, pero yo pensaría una posición de prospectiva, de integración holística entre todos los sectores para ver qué y cuál es el futuro que queremos y de ahí dependería mucho después el costo del suelo, el costo del desarrollo inmobiliario, dónde se da permiso, dónde se puede, dónde no, dónde es para bienes de carácter mixto, de carácter comercial, de carácter agrícola, agropecuario, de carácter cultural y de vivienda”, señala Enrique López.

 Desarrollo regional

También apuntó que el Instituto tiene gran relevancia dado que se encuentra en la capital de México y además dentro coexisten las alcaldías y la sede del Gobierno Federal, entonces hay una especie de sinergia federal, estatal y municipal.

“El instituto sería como una especie de sombra del Jefe o de la Jefa de Gobierno de la administración en turno, pero también una sombra de los alcaldes y del presidente, en tanto la Ciudad de México sigue siendo la capital federal del país”, afirmó Enrique López Cardiel.

Este instituto va a desarrollar un trabajo en todos los órdenes de decisiones, no solamente en el campo territorial sino en el ámbito social, cultural, deportivo, de derechos humanos, y uno muy específico, de vanguardia, que es el derecho a la ciudad.

López Cardiel explica que las decisiones en la Ciudad de México a nivel regional tienen que ver con el Estado de México, con las entidades de Morelos, Puebla e Hidalgo, y particularmente ahora que ya se está construyendo el nuevo aeropuerto habrá una conexión impresionante. Adicionalmente, el Estado de México y la capital deben considerar de manera conjunta el futuro del desarrollo poblacional en esta zona.

Pero, además, los institutos municipales de planeación tendrán la oportunidad de aprender mucho sobre el éxito que tenga el IPDP, como un instituto de una visión más holística, más integral con más facultades, que viene de una constitución política, afirma, e inclusive puede servir de base para otras ciudades como Guadalajara, Monterrey, León, Guanajuato, Mexicali, Tijuana, Ensenada, Hermosillo, Acapulco, Mérida, Cancún, etc. Se podrían hacer varias réplicas de este instituto.

López Cardiel espera que en las alcaldías y a nivel nacional se despierte el interés sobre la trascendencia de este nuevo organismo y se percaten que es un instrumento de política pública, una nueva institución que le puede dar mucha certeza al futuro de la ciudad y a los futuros de la población en el Valle de México.

Asimismo, considera que probablemente dentro de tres años se verá el potencial de lo que puede hacer este organismo y verán si realmente va teniendo correspondencia de lo que mandata la Constitución de la capital.

 Los retos del IPDP

Por otra parte, ya se eligió un director para el IPDP, será Pablo Tomás Benlliure Bilbao, quien era titular de la Dirección General de Planeación de Desarrollo y Ordenamiento Territorial en la Seduvi.

“La constitución nos da una oportunidad que no podemos dejar pasar a través del sistema de planeación y el instituto para realmente reorientar la ciudad en las piezas más importantes que son las que más duelen: la desigualdad, la segregación, que me parece que son fundamentales. Una ciudad igualitaria es una ciudad donde vamos a poder convivir todos, una ciudad desigualitaria crea conflictos, delincuencia, y el instituto es una de las piezas claves para transformar la ciudad”, expuso Benlliure Bilbao, durante un Conversatorio organizado el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, Sociedad de Arquitectos Mexicanos (CAM-SAM).

Este organismo deberá tener autonomía técnica y de gestión, con personalidad jurídica y patrimonio propio, de acuerdo con lo que señala el Artículo 15 de la Constitución capitalina y deberá garantizar la participación de los sectores académicos, culturales, sociales y económicos.

“Me parece que la dinámica (en el IPDP) va a ser muy compleja, tiene un gran riesgo de convertirse en un aparato de movimiento político hacia un partido, el riesgo está latente y yo diría que mi pensamiento es que demuestre que hay una gran independencia en términos de que el interés de toda la población está en esa especie de separación de la visión política y separar la visión de futuro en términos de bienestar, de felicidad y de cohesión e integración social de la población”, expone Enrique López Cardiel.

El cambiar de un gobierno a otro y empezar de cero nuevamente, genera mucho rezago, por lo que el nuevo instituto ofrece la oportunidad de dar continuidad con un plan a lo largo de 20 años, reiteró.

“Este instituto debe de ser el bastión para no cometer errores que hemos cometido durante muchísimos sexenios y muchísimas administraciones. El cambio puede ser tan importante que si lo dejamos pasar se va a convertir en más de lo mismo, y si lo atajamos en una forma correcta, en una visión muy constructiva de futuros, puede ser una herramienta que nos sirva para muchos años y además que puede ser ejemplo de réplica para todos los gobiernos y todo el país”, concluyó López Cardiel.

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