Más allá del concreto: las personas que sostienen la industria
En el marco de una de las exposiciones más relevantes para la industria, la voz de quienes edifican el país ocupó un lugar protagónico. Desde la Expo CIHAC, Andrés Torres Arenas, fundador del proyecto Gigantes de la Construcción, compartió una reflexión profunda sobre el presente y el futuro del sector, el valor del liderazgo y la importancia de construir con propósito.
A través de un estudio de grabación móvil instalado en el piso de exhibición, el diálogo se centró en visibilizar a los profesionales que intervienen en los proyectos más significativos del país y que, con frecuencia, permanecen fuera del foco público.
Andrés Torres es ingeniero y creador de Gigantes de la Construcción, una plataforma que busca visibilizar a los líderes, técnicos y profesionales que hacen posible los proyectos más importantes de México y de Hispanoamérica, poniendo al centro no solo la obra construida, sino a las personas que la hacen realidad.
Dar voz a quienes construyen el país
Antes de profundizar en su visión, Andrés explicó el espíritu detrás de Gigantes de la Construcción, un proyecto que busca visibilizar a las personas que hacen posible la industria: “Queremos dar voz a todas estas personas, a todos estos líderes de la industria de la construcción que participamos en los proyectos más importantes del país, en México y en Hispanoamérica”.
Para Andrés, uno de los grandes pendientes del sector es el reconocimiento al trabajo humano que existe detrás de cada obra: “A veces, esas personas que están en el sitio de los trabajos, o aquellas que están en un escritorio haciendo un plano, no tienen el reconocimiento de todo el trabajo y toda la trayectoria que realizan”. Por ello, el proyecto busca que sus historias y aportaciones sean conocidas por más personas.
Durante la Expo CIHAC, el estudio de grabación móvil permitió entrevistar a quienes se identifican como gigantes de la construcción: “Donde cualquier persona que viene, que considere que es un gigante de la construcción, la entrevistamos”, explicó Andrés, dejando claro que el impacto pesa más que el cargo.
El impacto humano más allá de la obra
El concepto de “gigante” va mucho más allá de los metros cuadrados construidos. “Realmente, para nosotros, los gigantes de la construcción no es por el punto en tu carrera profesional en el que te encuentras”, afirmó. La clave está en los valores y en la conciencia del impacto personal y social.
“A veces tiene más impacto que un proyecto de construcción el impacto que tienes en una persona, y lo que esa persona puede repercutir en una industria, en una comunidad, en un país”. Bajo esta lógica, el liderazgo se convierte en un acto de responsabilidad social.
8 lecciones para construir con propósito
Andrés Torres compartió una serie de aprendizajes que ha integrado a lo largo de su trayectoria profesional. Más que una fórmula rígida, se trata de principios que buscan redefinir la manera en la que se conciben, gestionan y ejecutan los proyectos en la industria de la construcción.
- Tener grandes objetivos
“La primera es que hay que tener grandes objetivos. Tus objetivos tienen que ser ambiciosos y tienes que estar buscando un impacto”.
Esta visión plantea que los proyectos deben aspirar a algo más que cumplir un alcance técnico. La ambición, entendida como impacto, se convierte en el motor que alinea a los equipos y da sentido al esfuerzo colectivo.
- Impulso digital
“La segunda es que necesitas tener impulso digital. Hoy las plataformas, lo que estamos haciendo ahorita, las redes sociales, la inteligencia artificial y todas las herramientas que hoy tenemos, las tenemos que utilizar en nuestros proyectos”.
La digitalización deja de ser un complemento para convertirse en una base estratégica. Desde la comunicación hasta la gestión de obra, el uso de herramientas digitales redefine la eficiencia y la toma de decisiones.
- Generar valor
“Número tres, necesitamos generar valor”.
Andrés subraya que el valor no se limita a lo económico. Generar valor implica impactar positivamente a los proyectos, a las empresas y al entorno en el que se desarrollan, fortaleciendo la relación entre construcción y sociedad.
- Acción sustentable
“Necesitamos tener acción sustentable”.
Más allá del discurso, la sustentabilidad aparece como una práctica concreta que debe integrarse a los procesos, materiales y decisiones, respondiendo a una exigencia cada vez más presente en la industria.
- Implementación de nuevas tecnologías
“A veces, cuando hablamos de nuevas tecnologías o de innovación, pensamos en ideas muy rebuscadas, pero a veces las nuevas tecnologías son simplemente utilizar tecnologías que existen en otro sector e implementarlas en un nuevo nicho de mercado”.
Esta visión amplía el concepto de innovación, acercándolo a la observación, la adaptación y la transferencia de soluciones entre sectores.
- Trabajar con excelencia
“Todo lo que hagamos lo tenemos que hacer con excelencia”.
La excelencia se plantea como una práctica cotidiana. Especializarse, cuidar los detalles y elevar el estándar en cada tarea fortalece la credibilidad y la solidez de los proyectos.
- Equilibrio estratégico
“También estamos buscando un equilibrio estratégico: un equilibrio en temas administrativos, de flujo, de fuentes de ingreso y de planes presupuestales”.
Este principio pone sobre la mesa la importancia de una visión integral, donde la técnica y la gestión financiera avanzan de forma alineada para garantizar viabilidad a largo plazo.
- Solidez en los activos
“Nuestros activos en una empresa, en una organización, son lo más importante que tenemos y hay que buscar solidez en esos activos”.
La solidez de los activos —humanos, técnicos y organizacionales— se convierte en el cimiento que permite sostener el crecimiento y enfrentar los retos del sector.
En conjunto, estas lecciones proponen una forma distinta de entender la construcción: no solo como la creación de espacios físicos, sino como un proceso estratégico que integra liderazgo, tecnología, sustentabilidad y visión social, con el objetivo de generar un impacto duradero en la industria y en las comunidades donde se construye.
Aprender del pasado para construir el futuro
Andrés recurrió a la historia: “A veces, para hablar del futuro, es importante hablar del presente o del pasado”, señaló al referirse al libro Las tumbas de los Faraones. En él encontró una poderosa metáfora sobre el valor del trabajo colectivo.
“Había una piedra con unos jeroglíficos escritos donde venían todos los nombres de los trabajadores”, una lista que reconocía a cada persona involucrada en la construcción. Esta idea de reconocimiento conecta directamente con la filosofía de Gigantes de la Construcción.
Su experiencia reciente en Egipto reforzó esta visión. “Nunca en mi vida había estado en un lugar donde, literalmente, a la vez se está construyendo una ciudad entera”, relató al describir la nueva ciudad administrativa que se levanta en ese país.
Liderazgo como motor de proyectos imposibles
Para Andrés, el común denominador de los grandes proyectos es el liderazgo. “Lo que se necesita para lograr este tipo de proyectos es siempre el liderazgo”. En el pasado, fueron los faraones; hoy, se requieren líderes capaces de generar confianza y visión.
“Actualmente, lo que necesitamos en México y en el mundo son líderes que estén construyendo proyectos como los que se siguen haciendo en Egipto”, aseguró, subrayando que América Latina tiene el potencial para desarrollar proyectos de escala global.
Retos técnicos y creatividad
Al hablar de los desafíos del sector, Andrés fue claro: “Los desafíos pueden ser muchos”. Desde la geografía hasta los recursos naturales, México enfrenta retos distintos a otros países; sin embargo, estos no son un límite definitivo.
“Independientemente de los retos técnicos a los que nos enfrentemos, lo que siempre marca el rumbo para hacer las cosas realidad es que exista creatividad”. La creatividad, junto con el trabajo en equipo, se convierte en la herramienta más poderosa.
Una experiencia clave: el Tren Maya
En el plano personal, uno de los mayores retos de su carrera fue su participación en el Tren Maya: “El mayor reto al que me he enfrentado posiblemente haya sido haber participado en 35 kilómetros de vías férreas del Tren Maya”.
La complejidad técnica, la logística internacional y los tiempos de entrega hicieron de este proyecto una experiencia transformadora: “No solamente por la cuestión técnica, sino por todo el compromiso que existía en uno de los proyectos más importantes del país en ese momento”.
Construir juntos una industria más fuerte
Para cerrar, Andrés Torres dejó un mensaje contundente para lectores y tomadores de decisiones: el crecimiento real de la industria ocurre cuando quienes la lideran deciden encontrarse, dialogar y colaborar.
“Los gigantes nos juntamos con otros gigantes”, afirmó, subrayando el valor estratégico de las alianzas, las exposiciones y las conversaciones abiertas como motores de transformación.