En la historia de México, el sismo de 1999 dejó una profunda huella en la industria de la construcción; este acontecimiento desastroso marcó un antes y un después en las normativas que rigen el diseño y la edificación de estructuras en el país. La tragedia sirvió como catalizador para revisar a fondo los estándares existentes y buscar formas más efectivas de garantizar la seguridad de las personas.
Esta catástrofe causó una gran cantidad de daños en las regiones afectadas, dejando una cifra de 20 personas fallecidas y daños materiales que ascendieron a más de 200 millones de pesos.
La importancia del cumplimiento riguroso de estas normativas es crucial para proteger vidas y evitar daños materiales irreparables en caso de desastres naturales. La evolución constante en este campo demuestra el compromiso continuo por mejorar la seguridad en cada proyecto constructivo realizado en México desde entonces.
Impacto del sismo de 1999 en la construcción en México
Las normativas post-sismo de 1999 se enfocan en incorporar avances tecnológicos y conocimientos actualizados sobre ingeniería sísmica para prevenir futuras catástrofes. Estas regulaciones no solo buscan cumplir requisitos básicos, sino sobrepasarlos con medidas innovadoras que fortalezcan las estructuras ante eventos extremos.
La conciencia sobre la importancia de cumplir con normas más estrictas se volvió prioritaria, marcando un antes y un después en la forma en que se aborda la edificación segura y resiliente frente a desastres naturales.
¿Qué son las normativas de construcción y por qué son importantes?
Son un conjunto de reglas y estándares que establecen los requisitos mínimos para garantizar la seguridad, resistencia y durabilidad de las edificaciones. Estas normas abarcan desde el diseño hasta la ejecución de una obra, asegurando que se cumplan ciertos criterios técnicos para prevenir riesgos.
Estas son importantes porque protegen la vida y el patrimonio de las personas. Al seguir estas normativas, se reduce significativamente la probabilidad de colapsos estructurales en caso de desastres naturales como terremotos o huracanes. Asimismo, contribuyen a mejorar la calidad de vida en general al proporcionar espacios habitables, seguros y confortables.
Además, promueven la eficiencia energética y el uso sostenible de los recursos naturales; esto ayuda a mitigar el impacto ambiental causado por las edificaciones e incentiva prácticas más responsables con el entorno. Por lo tanto, su cumplimiento es fundamental para garantizar edificios seguros, resistentes y amigables con el medio ambiente.
Normas de construcción en México antes del sismo de 1999
Antes del sismo de 1999, las normas de construcción en México se basaban en regulaciones que no priorizaban la resistencia sísmica. La falta de estándares claros y estrictos dejaba a muchas estructuras vulnerables a terremotos. Las edificaciones se diseñaban sin tener en cuenta la ubicación geográfica del país, altamente propenso a la actividad sísmica, y los materiales utilizados no siempre cumplían con los requisitos necesarios para resistir los movimientos telúricos, poniendo en riesgo la seguridad de los habitantes y trabajadores.
La ausencia de lineamientos específicos para garantizar la estabilidad ante sismos ponía en peligro la vida de las personas y dificultaba la tarea de los rescatistas tras un desastre natural.
Las normativas de construcción en México después del sismo de 1999 han experimentado importantes mejoras y cambios para garantizar la seguridad en la construcción. Los desafíos en las se han abordado con un enfoque más riguroso, reflejando un compromiso continuo con la calidad y la eficiencia en el sector.
Entre las principales normativas que han sido actualizadas después del sismo de 1999 se encuentran:
- Norma Técnica Complementaria sobre Criterios y Acciones para el Diseño Estructural de las Edificaciones: Establece los requisitos mínimos para la construcción de edificios y estructuras en zonas sísmicas en México. Se enfoca en aspectos como el diseño estructural, materiales y sistemas constructivos, con el objetivo de mejorar la resistencia sísmica de las edificaciones.
- Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal (RCDF-2017): Este establece las disposiciones técnicas y administrativas para la construcción en la Ciudad de México. Incluye mejoras en áreas como el uso del suelo, diseño estructural, sistemas constructivos y requisitos para la supervisión técnica de obras.
- Programa Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU-2014): Aclara las directrices para el desarrollo urbano en México, incluyendo la planificación territorial, uso del suelo, servicios básicos y equipamiento. Se enfoca en la prevención de riesgos naturales y en promover un crecimiento urbano sostenible.
Todavía existen desafíos a enfrentar, como la implementación efectiva de estas normativas en todas las construcciones y la actualización constante de las mismas para adaptarse a nuevos conocimientos y tecnologías. Es importante que tanto el gobierno como los profesionales de la construcción continúen trabajando juntos para garantizar que las edificaciones en México sean cada vez más seguras.
Los desafíos en la construcción en 2024 después del sismo de 1999
En conmemoración de los 25 años del trágico terremoto que sacudió el centro de México y Puebla el 15 de junio de 1999, Eduardo Ismael Hernández, profesor en la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP, ofreció su opinión sobre los progresos y desafíos en las leyes de construcción y la preparación ante sismos en el país.
A partir del terremoto ocurrido en 1999, se han logrado avances significativos en la comprensión del comportamiento del suelo y en la clasificación de parámetros ingenieriles para la construcción de edificaciones más seguras. En la ciudad de Puebla, se ha llevado a cabo una investigación sobre el comportamiento dinámico del suelo, lo que ha permitido establecer criterios más confiables para el diseño de estructuras según los reglamentos de construcción. Sin embargo, estos progresos aún no se han extendido a todos los municipios del país.
Un tema recurrente es la falta de construcciones seguras, especialmente aquellas que utilizan materiales simples y no cuentan con un diseño de ingeniería adecuado. Durante el terremoto de 2017 se pudo ver claramente cómo muchas construcciones no cumplían con las normas necesarias para resistir sismos de gran intensidad. A pesar de la Ley de Protección Civil, implementada después del terremoto de 1985, solo dos de cada diez municipios han creado un Atlas de Riesgo como medida preventiva.
La Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla ha realizado importantes avances en el campo de la investigación sísmica a través de su Escuela de Ingeniería Civil. Sus proyectos multidisciplinarios utilizan tecnologías como la inteligencia artificial para predecir con mayor precisión el riesgo que presentan las construcciones ante un posible sismo.
En última instancia, López Arciga discutió las implicaciones sociales del problema de los terremotos, destacando que su impacto no se limita solo a lo técnico, sino que también afecta a la sociedad y la economía. Es importante que se dediquen más esfuerzos en investigación, regulación y aplicación de normas para asegurar la capacidad de resistencia de las estructuras y proteger a las personas, garantizando la seguridad en caso de futuros terremotos.
Referencias
Mejoras y desafíos en normativas de construcción después del sismo de 1999. (s/f). Upress.Mx. Recuperado el 28 de junio de 2024, de https://upress.mx/secciones/academia/12561-mejoras-y-desafios-en-normativas-de-construccion-despues-del-sismo-de-1999
DOF - Diario Oficial de la Federación. (s/f). Gob.mx. Recuperado el 28 de junio de 2024, de https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5342867&fecha=30/04/2014
GACETA OFICIAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO. Recuperado el 28 de junio de 2024 de https://data.consejeria.cdmx.gob.mx/portal_old/uploads/gacetas/b3c4f4ff37241d0a93cc6742a8b0bf2f.pdf