Voces de la Industria: Fernanda Rionda - La arquitectura del paisaje en México: naturaleza, resiliencia y futuro urbano

Fernanda Rionda
29 Octubre 2025

Transformando ciudades con infraestructura verde y paisajes funcionales

En entrevista exclusiva para Voces de la Industria de Expo CIHAC Media, Fernanda Rionda, presidenta de la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México, comparte cómo las soluciones basadas en la naturaleza pueden transformar nuestras ciudades en espacios más sostenibles y habitables.

Con más de 20 años impulsando el paisajismo naturalista, Rionda ha sido clave para consolidar la arquitectura del paisaje en México como una disciplina fundamental para el desarrollo urbano sostenible.

Desde su liderazgo en la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México, promueve una visión integral: la naturaleza no es solo un adorno, sino una infraestructura viva que genera resiliencia, valor y bienestar para todos.

Del jardín al futuro urbano

“Soy una jardinera, amo los jardines, amo las plantas”, confiesa Fernanda Rionda al inicio de la entrevista. Aunque se define de esta forma, su trayectoria habla de mucho más. 

Fundadora de una empresa dedicada al paisajismo desde hace más de 20 años, ha sido una de las voces más influyentes en México en el impulso del paisajismo naturalista, un enfoque que busca integrar la vegetación y los ecosistemas de manera funcional dentro del diseño urbano.

A lo largo de su carrera, ha logrado posicionar este movimiento en un país donde, hace dos décadas, “no estaba en la escena”. Su trabajo combina diseño, educación y gestión ambiental, con proyectos que van desde jardines privados hasta intervenciones urbanas y regionales. 

Además, ha desarrollado cursos en línea para capacitar a personas interesadas en comprender que el paisaje “no nada más es un acabado estético y bonito, sino que también tiene servicios ecosistémicos, infraestructura y muchas cosas detrás”.

Liderazgo y visión desde el gremio

Hoy, Fernanda Rionda preside la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México (SAPM), una organización con más de medio siglo de historia. También encabezó el Comité Organizador de la Bienal Latinoamericana de Arquitectura y Paisaje en Colombia.

Su participación en foros como Expo CIHAC responde a un propósito claro: tender puentes entre el sector de la construcción y la arquitectura del paisaje:

“Me gusta mucho esta oportunidad de colaborar para que vayan entendiendo de qué va lo que hacemos. ¿Quiénes son los arquitectos paisajistas? ¿Por qué nos necesitan?”, plantea.

La respuesta, asegura, es más urgente que nunca:

“La realidad ya nos alcanzó, y muchas de las soluciones que tenemos nosotros —porque finalmente un paisajista lo que hace es proporcionar soluciones— son soluciones basadas en la naturaleza que crean un cambio positivo en el medio ambiente y generan, además, plusvalía para cualquier inversión inmobiliaria”.

Sustentabilidad: un trabajo interdisciplinario

Para Rionda, la sustentabilidad no es una tendencia, sino un principio transversal que involucra a múltiples especialidades: “Se necesita un gran grupo de expertos para diseñar un paisaje”, señala. 

Los proyectos contemporáneos integran la colaboración de geólogos, geógrafos, hidrólogos, biólogos y urbanistas, especialmente cuando se trata de intervenciones regionales o de gran escala. Este enfoque busca alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU, en especial con el Objetivo 11, que promueve ciudades más resilientes e inclusivas. Además, el paisajismo toca otros objetivos relacionados con el agua, la soberanía alimentaria y la acción climática.

La presidenta de la SAPM enfatiza que la acción no puede depender solo de las políticas públicas: “Ya no nos queda de otra. No es de empezar, es ya incorporar todas estas medidas”. 

Invertir en soluciones basadas en la naturaleza, añade, no representa un gasto, sino una oportunidad con alto costo-beneficio, apoyada por incentivos como bonos de carbono o certificaciones LEED.

Infraestructura verde y ciudades esponja

Uno de los conceptos más relevantes en su discurso es el de la “infraestructura verde”, una red de espacios naturales que ayudan a gestionar el agua, reducir el calor urbano y mejorar la biodiversidad. Rionda subraya la necesidad de diseñar “ciudades esponja”, capaces de recibir, administrar, reutilizar e infiltrar el agua al manto freático.

Ejemplos sencillos, dice, pueden transformar entornos cotidianos: “En lugar de tener camellones que expulsen el agua, que la absorban”. 

Esta visión apuesta por convertir espacios residuales o impermeables en áreas de recarga y biodiversidad, lo que contribuye a reducir inundaciones y mejorar la calidad del aire.

Sin embargo, reconoce los desafíos estructurales: “El reto más grande es despavimentar una ciudad que ha privilegiado el transporte privado”. 

En una metrópoli como la Ciudad de México, construida sobre una cuenca con ríos entubados y suelos de distinta permeabilidad, el paisajismo puede ofrecer soluciones adaptadas a cada contexto: desde la reforestación de barrancas hasta la rehabilitación de ríos urbanos.

Ejemplos y aprendizajes globales

La visión de Rionda no se limita al ámbito nacional; pues su despacho ha trabajado en proyectos internacionales, incluso en el Medio Oriente, demostrando que el paisajismo naturalista puede adaptarse a distintas condiciones geográficas. Además, destaca modelos urbanos inspiradores. Uno de sus ejemplos favoritos es el de Sheffield, en Inglaterra, donde el proyecto Grey to Green transformó calles grises e inundables en corredores verdes con jardines infiltrantes. “Es un proyecto maravilloso”, comenta. En América Latina, menciona casos en Providencia, Chile, donde el trabajo comunitario ha sido clave para recuperar los ríos urbanos y reducir los riesgos por lluvias intensas.

Estas experiencias, señala, muestran que el cambio requiere tanto voluntad política como educación ciudadana. Desde el gremio, la SAPM promueve la participación social en los proyectos de infraestructura verde, involucrando a escuelas, comunidades y desarrolladores:

“Si no lo hacemos a todos los niveles, no lo vamos a lograr”, advierte.

El valor del paisaje en la ciudad contemporánea

Aunque la arquitectura del paisaje ha ganado terreno, Rionda considera que todavía hay una tarea pendiente: comunicar sus beneficios:

“Sí se ve el beneficio, pero lo que nos falta comunicar son los servicios ecosistémicos que produce un jardín o un proyecto de paisaje en un desarrollo”, explica.

Estos beneficios van desde la recuperación del agua pluvial hasta la regulación térmica, la captura de carbono y el aumento de la biodiversidad urbana. Según Rionda, proyectos bien diseñados pueden incrementar la biodiversidad “hasta en un 600 %” en ciertas zonas.

El impacto va más allá de lo ambiental: también es social y económico. Un entorno verde reduce el estrés, mejora la calidad de vida y aumenta la plusvalía inmobiliaria, convirtiendo al paisaje en una inversión rentable.

Un movimiento que florece

Con más de 53 años de historia, la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México se encuentra en un momento de expansión:

“Tenemos varios miembros de distintos estados de la República”, comenta Rionda. El objetivo actual es consolidar capítulos regionales, especialmente en el norte del país, donde “hay paisajistas muy bien organizados e interesados, sobre todo en Monterrey”.

La organización también busca fortalecer la conexión con sus pares latinoamericanos a través de la Bienal, un espacio que fomenta el intercambio profesional y académico. “A nivel mundial, sin miedo y sin piedad”, dice entre risas, al referirse al ímpetu con el que el gremio mexicano participa en la escena global.

Hacia una cultura del paisaje

La entrevista concluye con una idea que resume la filosofía de Rionda: la arquitectura del paisaje no es un lujo ni un accesorio urbano, sino una herramienta de supervivencia y bienestar colectivo. En un contexto de crisis climática, sus palabras suenan como un llamado urgente: integrar la naturaleza en la ciudad es construir futuro. 

Su mensaje es claro: “el paisaje no solo se mira, se vive, se cuida y se transforma”.

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