La conferencia “Local, natural y sostenible: Una perspectiva de diseño consciente” ofrecida por Claudina Flores reveló una trayectoria construida a partir de disciplina, sensibilidad artística y una profunda conexión con el contexto local.
Su historia inicia mucho antes de la arquitectura o el diseño industrial; comienza en la danza. Cuando recordó esta etapa, lo hizo con una claridad emocional que muestra cómo su identidad creativa nació desde el cuerpo: “Yo de niña no quería ser arquitecta, ni diseñadora, yo quería ser bailarina. Y lo fui durante 20 años y medio de mi vida.”
La danza, explicó, le dio herramientas esenciales: memoria corporal, rigor y repetición. Ese aprendizaje la acompañó incluso cuando una lesión le obligó a replantear su vida profesional; fue entonces cuando, según relató, “decidí cambiar la danza por el diseño”, una transición que la llevó a estudiar Diseño Industrial en el Tec de Monterrey y a enamorarse del pensamiento modernista, de la filosofía de la Bauhaus y de referentes como los Eames o Hella Jongerius.
Su inquietud durante esa etapa se centró en cómo unir artesanía y tecnología desde un territorio como Guadalajara. Se preguntó a sí misma: “¿Cómo puedo hacer para mezclar todos estos saberes desde mi trinchera, en mi contexto?”. La respuesta llegó cuando inició su acercamiento al ecosistema artesanal de Jalisco, visitando la Casa de las Artesanías y trabajando con maestros como Pedro Romo, experiencias que marcaron definitivamente su práctica.
El nacimiento de una diseñadora-arquitecta con identidad propia
Claudina contó cómo uno de sus primeros encargos significativos fue un hotel boutique en el Centro Histórico de Guadalajara. Ahí descubrió la emoción de diseñar espacios completos y entendió que su vocación no era únicamente el objeto, sino el ambiente. Ese proyecto la impulsó a estudiar arquitectura en Australia, donde vivió más de cinco años inmersa en culturas diversas que expandieron su visión.
A su regreso fundó Estudio Claudina Flores, firma multidisciplinaria con más de 13 años de experiencia que integra arquitectura, interiorismo, diseño de proyectos y un taller propio de carpinterías y millwork. Este último es clave: le permite tener control total del proceso creativo, mantener la calidad artesanal y trabajar con materiales naturales desde la raíz.
Su filosofía es clara: “diseñar es un acto de conciencia”. Cada proyecto inicia con preguntas, escucha activa y una comprensión profunda de lo que el cliente realmente necesita. Bajo esta visión, su metodología se adapta a cada caso, pues “ningún proyecto es igual al otro”, y eso es lo que mantiene al equipo inspirado y creativo.
UMA Casa: un proyecto que unió artesanía, hospitalidad y sensibilidad familiar
Uno de los momentos más significativos de la charla fue la narración del proyecto UMA Casa, ubicado en Lomas de Chapultepec. Claudina lo definió como “un proyecto de hospedaje con sentido artesanal”, concebido con un enfoque wellness e inspirado en la familia propietaria. La arquitectura preexistente fue respetada y complementada con ampliaciones y adecuaciones que integraron materiales como madera certificada, barro y piedra natural.
Para Claudina, el proyecto representó un punto de inflexión; pues el trabajo minucioso y la conexión con el cliente permitieron lograr un ambiente íntimo, cálido y coherente con su visión. El reconocimiento no tardó en llegar: “Hace apenas dos semanas, UMA CASA obtuvo su primera llave Michelin”, un logro que reforzó la relevancia del diseño integral y artesanal en la hotelería contemporánea.
Pero más allá de los premios, Claudina destacó el impacto humano: la participación directa de artesanos y colaboradores que dependen de estos encargos para sostener a sus familias. “Sostenemos la economía de muchas familias de Guadalajara al momento de involucrarnos de esta manera en los proyectos.” Su forma de trabajar se sostiene en comercio justo, procesos manuales y respeto por el oficio, lo que confirma su enfoque social y ético del diseño.
El desafío técnico y emocional detrás de la casa de Manolo Caro
Entre los proyectos más complejos que compartió se encuentra la casa del cineasta Manolo Caro, construida en un 95% de concreto aparente. “Esta casa ha sido un gran reto para nosotros como diseñadores y arquitectos”, afirmó. La magnitud del proyecto exigió un proceso riguroso que inició con investigación profunda sobre la vida y hábitos del cliente. Claudina contó que incluso viajó a España: “Tuve que ir a visitarlo… para entender sus hábitos y rutinas, qué hacía, qué le gustaba, qué no.”
La obra requirió pruebas constantes, como la creación de “dos muros muestra, no miento tres muros muestra” para estudiar la reacción de las instalaciones, la integración de iluminación y el comportamiento de la madera de la cimbra. Fue un proyecto que combinó precisión técnica, sensibilidad humana y una supervisión intensiva que transformó la dinámica dentro de la obra y fortaleció la relación entre generaciones de especialistas.
Villa Chacala: diseño en la Riviera Nayarit
Otra experiencia destacada fue Villa Chacala, un proyecto de hospitalidad en la Riviera Nayarit, desarrollado en colaboración con Nicole Toussaint y Fino Lozano. Claudina explicó que las condiciones del entorno obligaron a trasladar parte del taller a la playa, ya que “hacer carpintería en playa no es lo mismo que hacer carpintería en ciudad.” El resultado fue un conjunto de villas donde la materialidad endémica, especialmente la rosa morada, creó una atmósfera acogedora y profundamente conectada con la región.
De Design House al Forecast de Comex: exploración conceptual y color
El recorrido continuó con su participación en Design House 2023, donde más de “29 mil visitantes” recorrieron el espacio que creó: un taller de artes y oficios convertido en recinto contemplativo. La colaboración con artistas y paisajistas reforzó la idea de que el diseño se nutre de múltiples disciplinas.
Más adelante habló de su papel en el Forecast de Comex, donde un equipo creativo analizó tendencias globales durante cinco días para definir el color del año 2025: Bambú, un verde vibrante que describió como “un verde muy eléctrico, un verde muy iluminado, regenerativo.” La intervención que creó con ese color la llevó a ser convocada por Phaidon para aparecer en un libro internacional sobre mujeres interioristas.
La Sociedad de los Gabinetes: una investigación feminista convertida en diseño
Uno de los momentos más profundos de la conferencia fue la presentación de su proyecto más personal: La sociedad de los gabinetes, una historia feminista. Surgió tras una investigación iniciada en 2022 sobre mujeres invisibilizadas en la historia del diseño, entre ellas Charlotte Perriand, Aileen Gray, Ray Eames y Clara Porset.
El proyecto, compuesto por seis piezas de mobiliario, fue presentado en el Abierto de Diseño Mexicano, en Zona Maco y en Inédito, donde “ganamos el mejor concepto de diseño crítico a partir del ensayo.” Para ella, la pieza conceptual no solo buscaba recuperar la tipología del gabinete, sino reivindicar las historias de las creadoras que marcaron el diseño moderno.
La importancia de enseñar y construir comunidad
Claudina también habló sobre su labor docente: “Enseñar es una forma de compartir.” Durante siete años ha impartido clases presenciales en Jalisco, además de tres años de enseñanza virtual para alumnos en México y Latinoamérica. Su visión como mentora busca que estudiantes y jóvenes profesionales se atrevan a moverse entre disciplinas, perder el miedo a las etiquetas y encontrar un camino propio dentro del diseño.
Conectar, crear y trascender: el corazón de su práctica
La conferencia cerró con una reflexión sobre la esencia de su trabajo: “Me interesa entonces recuperar el oficio, trabajar con la gente, valorar lo hecho a mano y de alguna manera humanizar nuestra práctica.” Para Claudina, el diseño no es solo un resultado estético; es una experiencia que debe generar impacto social, cultural y económico.
Su mensaje final fue contundente: “Construir puentes, establecer conexiones… es lo que hago todos los días.” Un cierre que refleja una filosofía centrada en personas, procesos y materialidad consciente, donde lo local y lo artesanal siguen siendo los pilares para construir un diseño verdaderamente significativo.